Cuando hablamos de salud, por lo general nos referimos a nuestra salud física olvidando que ella depende en gran medida de cómo nos sentimos en los otros aspectos que nos componen como el aspecto anímico o emocional y el mental.
A fines de Noviembre de 2008 estuve en Coyhaique colaborando con la Seremi de Salud Regional, quien organizó un taller relacionado con la promoción de la salud mental dirigido a personas relacionadas al ámbito educacional, taller inserto dentro del programa "Chile crece Contigo".
En él se hizo hincapié cómo los niños, jóvenes y adultos interaccionamos con el mundo que nos rodea, remarcando que es importante cómo lo percibimos , esta percepción genera experiencias internas positivas o negativas.Estas mismas experiencias pueden generar habilidades que permiten desarrollar autoestima, capacidad para enfrentar las adversidades(resiliencia), autonomía, control de emociones , todas enmarcadas en el desarrollo personal.
¿Y qué ocurre cuándo sentimos que el mundo es agresivo, hostil, si no hay espacios protectores dentro de la familia o en el colegio, cuándo los factores externos no son propicios o agradables? Se desarrollan conductas que no permiten el completo desarrollo biopsicosocial del niño o joven.
Y ¿Cómo ayudaría la risa en esta área? La risa genera la sensación de gozo y alegría, aún cuando sólo estemos replicando en forma técnica los movimientos de la risa, estos patrones efectores liberan en nuestro torrente endorfinas que generan la sensación de relajo y bienestar asociadas a la alegría. Ayuda entonces desde adentro a mirar el mundo de una manera distinta, pudiendo cambiar incluso la autopercepción, mejorar la relación del sujeto con su entorno familiar y social y generar conductas proactivas relacionadas incluso con la toma de responsabilidad sobre sus actos.
Entonces busquemos más sonrisas en el aula, que el alumno se sienta verdaderamente acogido, podemos practicar desde nosotros como educadores sonriendo y verbalizando nuestro mundo desde una mirada más positiva para así transmitir a los niños también una visión más optimista.
lunes, 9 de febrero de 2009
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