Hace un mes atrás, en Diciembre, tuve la oportunidad de realizar un taller de Musicoterapia para funcionarios del Hospital de Lota, el grupo formado exclusivamente por profesionales, me ratificó la importancia de lo lúdico en cualquier expresión,como una técnica válida para disminuir el estrés laboral y aumentar las potencialidades comunicativas y expresivas de quienes se enfrentan permanentemente con el dolor.
La música, lo mismo que la risa permite contactarnos con el niño que quiere salir a jugar, develando incluso aspectos creativos de los participantes que ni ellos mismos conocen.
Trabajando con elementos de tipo visual, auditivo y táctil , se logró crear nuevas formas de comunicación con el yo interno, mejorando la capacidad de integración grupal y posibilitándose además un espacio de reflexión e intimidad que ayudó a potenciar el trabajo grupal por el intercambio de conocimientos y experiencias profesionales. El ritmo del baile, expresado en forma individual y grupal provocó esa sana alegría que desborda luego en la risa sanadora.
Conocemos aún muy poco de los enormes beneficios de la música y de la risa, pero científicamente de ambas se ha comprobado que liberan en mayor o menor medida endorfinas y serotonina en nuestro cuerpo, las llamadas hormonas de la felicidad.
Si escogemos escuchar música que nos agrade verdaderamente, el placer de escucharla nos permite un oasis en nuestras vidas y un estado de bienestar que perdura por un par de horas. Imaginemos ahora que puedo aumentar el beneficio de mi escucha si sonrío mientras lo hago, les invito entonces a experimentar esta doble oportunidad de disfrutar que está dentro de nosotros mismos.
Osho,impulsador de las meditaciones activas, ha unido estas dos tendencias en "The World of Osho Laughing Drum", en las cuales se entrega la posibilidad de escuchar los sonidos, los ritmos y gozar con el movimiento del cuerpo expresando la propia alegría y la libertad interna.
Finalmente podemos encontrar ayuda en cosas más a la mano de lo que creemos para mantener y mejorar nuestra calidad de vida
domingo, 30 de enero de 2011
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