martes, 23 de febrero de 2010

Reír para sanarse

Siempre busco novedades relacionadas con el tema de la risa y sus efectos sanadores, releyendo un libro dedicado al tratamiento del dolor agudo y crónico, encontré la base científica que apoya la famosa frase "la risa, remedio infalible", frase que me acompañó en mis lecturas juveniles,cuando leer el "Reader's Digest" era un placer escondido.
El dolor tiene componentes fisiológicos,conductuales y afectivos. Los fisiológicos constituyen respuestas normales a alguna agresión del medio, se producen entonces respuestas corporales a través de liberación de fluídos u hormonas que cambian el equilibrio normal del cuerpo. Las conductas evitativas del dolor, provocan en algunas personas aislamiento, depresión, cambios del estado del ánimo, generados también por las sensaciones producidas por las respuestas fisiológicas.
En la parte afectiva, cada dolor es distinto, cada uno lo siente en forma personal según su propio umbral , absolutamente único en intensidad y tiempo,aquí es donde la risa puede ayudar, porque al reír reinvertimos la sensación de disconfort, liberando sustancias llamadas endorfinas, sustancias opioides endógenas que ayudan a cambiar la percepción de bienestar. Al reír, aunque sea en forma dirigida, aplicando técnicas o con ayuda de películas e imágenes, se cambia el ritmo respiratorio, aumenta el ingreso de oxígeno y permite un control voluntario del dolor.
La relajación producida por la vibración de la risa ayuda a manejar el estímulo doloroso y las endorfinas producidas permanecen horas en el cuerpo, relajando las zonas con dolor.
Poco hacemos en forma natural para evitar el dolor, ahora que sabemos que la risa ayuda tanto, entenderemos mejor el porqué Patch Adams sigue abriendo esperanzas en los hospitales con su nariz roja.

sábado, 6 de febrero de 2010

El verano

Siempre el verano trae cosas agradables, poder sentir el relajo, el no tener que hacer cosas en forma obligada y quizás el que la ciudad se ve más tranquila es especial. Es cierto que no disfruto del calor excesivo y prefiero las tardes cuando ya refresca, entonces... mis pies toman cualquier rumbo para regresarme luego a casa.
Normalmente pensamos que pasarlo bien es estar siempre acompañados, pero eso no nos da tiempo para descansar, descansar de verdad y poder de paso ordenar ideas y planificar o proyectar lo que viene.
A veces aunque planifiquemos algo, no siempre el resultado es lo esperado, pero hacerlo también nos permite poder tomar decisiones y hacer cambios, ésa es la verdadera libertad, no es sólo dejar que las cosas sucedan, sino hacer que sucedan para uno.
Así es que, generalmente, no tomo vacaciones con el resto de la gente y aprovecho esos espacios silenciosos para respirar con más pausa, para dejar incluso cosas sin hacer, para dormir un rato más, pero en mi cama y para pensar en lo que me gustaría de veras hacer. Si lo hago o no , forma parte de las decisiones que elijo, pero no me altera, porque inmediatamente se abre un nuevo camino de opciones.
Entonces escojo ir o dejar de ir a un concierto, leer o no un libro, darme o no una ducha después de caminar por la tarde...en fin libertad en todo.
Marzo es otra cosa, ahí noto la diferencia, marcada la vida por horarios propios y ajenos, corriendo en busca de cosas tangibles e intangibles.
Mientras tanto,en este hoy que vivo, cerca ya de la medianoche, acompañada del silencio de la casa dejo correr los dedos por el teclado para acercarme a otros.