Recién regreso de un viaje especial. En las cercanías de Casablanca, se organizó un encuentro intercultural muy especial en que se integraron los conocimientos ancestrales de distintos pueblos originarios de América, cuatro días de sabiduría en la que confluyeron los elementos básicos como el fuego, el aire en el sonido de las voces y el agua para cantar y agradecer a la Tierra, a la Pachamama, por todos los dones y frutos que a diario nos entrega. (Raíces del Sur)
Aprendí cantando al ritmo de tambores que te convidaban a bailar, a voces que rompían el silencio de la noche y de la mañana invitando a dar gracias, entonces canté y bailé pues puedo cantar si tengo voz para hacerlo, puedo bailar si tengo mis pies para ello, puedo amar si tengo amor en mi corazón. Esto me llevó a sentir que efectivamente cantarle al gozo de poder hacer todo lo que quiero, me inundaba de alegría interna y de un amor más generoso.
Como risoterapeuta, siempre hablo de aprender a mirar en positivo lo que nos ocurre, ahora, además diré que tenemos cada uno en sí mismo los elementos para hacerlo, todo nuestro cuerpo, nuestros sentidos están para poder gozar y disfrutar, pero aprendí en estos días de compartir con otros soñadores, el profundo respeto que debemos tener siempre por nuestra tierra, por nuestras historias, por nuestros ancestros. Ellos, no toman de la tierra más que lo que necesitan para vivir, nosotros, la explotamos, la llenamos de cemento, la inundamos de basura, pero podemos cambiar...desde ahora.
Seguiré riendo, con más conciencia de mi propia risa, compartiendo lo aprendido con otros, con más amor y agradecimiento por todo lo que recibo, tengo risas para compartir!!!
domingo, 8 de noviembre de 2009
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